
Decía
Viktor Frankl que no podemos elegir las circunstancias pero sí quienes somos frente a ellas. Y frente a las circunstancias podemos adoptar dos posturas, la de víctima y la de responsable. La víctima le da el poder a las circunstancias. En la postura responsable, el poder lo tenemos nosotros. Frases de la víctima: "En este país no se puede hacer nada", "No puedo Hablar con ella, me saca", "La culpa es de Menem", "La violencia en el fútbol es culpa de los inadaptados de siempre". Esta postura nos quita poder de acción. Una vez dando una charla y poniendo ejemplos similares a éstos, me di cuenta que yo me veía como víctima en la relación con mi exmujer, solía decir: "ella me saca" dejándome a mi mismo sin poder de acción, sin poder mejor la relación. Me sentía muy frustrado. Pero, cambié de postura y me dije, ella no me saca: Yo me saco cuando hablo con ella. Y a partir de ahí pude, primero intervenir en mis emociones cuando hablaba con ella, luego en mis conversaciones internas y luego en la relación misma. Hoy el resultado es notable. Somos amigos con mi exmujer.Toda esta introducción tiene que ver con un hecho ocurrido, hace pocos días, en el estadio de River Plate, dos grupos antagónicos de la barra de River se enfrentaron. Enfrentamiento que derivó en la clausura del club y del estadio.Los violentos ganan fecha tras fechas dicen los diarios. Y dirigentes, deportistas, periodistas, público repiten las mismas frases, semana tras semana. Pero, todos siendo víctimas de las circunstancias. La violencia no va a dejar de existir mientras "la culpa" la tengan otros. Porque de esa manera no vamos a poder accionar nunca, vamos a estar reaccionando frente cada hecho.El cambio sería que cada uno asuma: yo soy responsable de la violencia en el fútbol. Sí, porque no podremos intervenir en el diseño de un espectáculo deportivo sin violencia, sino nos hacemos responsables del contexto del mismo.Yo hace varios años que dejé de cantar canciones que exalten a la barra de River. Tengo el juicio que son delincuentes. Entonces no canto nada que tenga que ver con los borrachos del tablón.Pero, en todos los estadios se reciben a las barras como parte importante del espectáculo, hasta llegan cuando el partido ya está en juego.La violencia termina con una declaración poderosa y con acciones coherentes. Y termina cuando estemos comprometidos con un contexto donde no haya lugar para violentos. Es impensado un corrupto como Alderete en Noruega. Bueno, tenemos que construir un fútbol donde sea impensado que delincuentes sean ovacionados cuando ingresan al estadio.
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