Tengo una idea

Una idea al nacer es frágil.  Se destruye con una palabra de dos letras: no.  Esto trae conflictos reiterados en los equipos de trabajo. Quien presenta la idea se frustra y quien la combate considera que la energía está dispersa. 

Cómo salir de las paradojas que enfretan a las personas a partir de contar su idea?

Una idea está vinculada al futuro. A un futuro posible. Este futuro está en la visión de quién tuvo la idea. Los otros pueden no "ver" ese futuro. Las ideas pueden pertenecer al paradigma reinante o abrir un nuevo paradigma. Las primeras pueden solucionar problemas. Las segundas abren nuevos caminos y son las que ofrecen mayor resistencia, porque sacan de la comodidad de lo conocido  a las personas. 

La comodidad es hacer lo que hacen todos. Desde el mismo tipo de comunicación. Buscar en los mismos segmentos del mercado. Armar esquemas similares de trabajo. La inversión de comunicación se mimetiza con la de la competencia cuando hacemos más de lo mismo. La inversión, de esta forma, tiene un ROI poco efectivo. Sin embargo, se teme perder la inversión cuando la idea es diferente. Si nos queremos diferenciar de nuestra competencia por qué le bajamos el pulgar a las ideas diferenciadoras? Este es un camino para que las ideas ganen poder frente a la fuerza resistente del status quo. Observando los compromisos manifiestos de la conversación podemos potenciar la estrategia. Porque saldremos de lo cotidiano. 

Para que la idea tenga sustento debe estar ligada a la estrategia, a un norte. También debe generar valor. Esto es: tener claro el rédito que nos aportará, midiendo los beneficios cualitativos y/o cuantitativos. El tiempo es un factor importante. Cuándo ocurrirá? 

Los "no" que enfrenta la idea, generalmente tienen menos o ningún sustento que ésta. Pero, más poder. Un poder que es dificil de clarificar si es constructivo o destructivo. Y para ésto es bueno volver al párrafo anterior y ver con qué está comprometivo el NO.  La negativa está basada muchas veces en supuestos de porque no va a funcionar la idea. A la gente no le va a interesar, no lo van a entender, no creo que le guste a nadie, todo esto más allá que no tiene sustento sirve a la idea. Entonces quien la presenta debe usar todas esas negativas para transformarlas en positivas. Dicen que ese fue el método que utilizó Kennedy cuando dijo que en 10 años quería un hombre en la luna, transformar los no en sí. Esto también puede ser visto como un diseño de quiebres.

Es bueno para defender la idea, no dejarse llevar por emocionalidades negativas disparadas por el NO o la persona que dice el no, o la unión de los dos factores. Cuando el no viene de una relación frecuente, sea un compañero de equipo o un cliente, ya tenemos juicios sobre esa persona que pueden embarrar una conversación y ésto nos puede alejar del objetivo: que la idea se haga realidad. Un juicio disparado automaticamente al escuchar el no, puede ser: en esta empresa no se puede hacer nada, a mi no se me valora, se me pagan poner tener ideas que no se usan, este no sabe nada y me viene a decir a mi que no! Todo esto genera una conversación paralela, interna, silenciosa que nos aleja del objetivo principal. 

Sin ideas no hay evolución. Entonces un punto importante es crear un contexto para que las ideas sean bienvenidas. Esto es parte del management de una empresa. Es un ejercicio individual y grupal. De trabajo diario y prolongado. Pero, una inversión en el capital intelectual de la organización que siempre da resultados. Una empresa u organización que respeta las idea y las fomenta es una empresa que tiene un pie en el futuro.